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Hoy es un gran día: fundación de mi ciudad y el nacieminto de un grande: Arguedas.

Acá información sobre ambos.

Lima 3 veces coronada

La Ciudad de los Reyes fue fundada un 18 de enero de 1535

El 18 de enero se celebra un año mas de la fundación de Lima. A lo largo de estos años, el rostro de la ciudad ha cambiado drásticamente, producto de los procesos culturales y sociales que ha atravesado. Sin embargo, la magia de su glorioso pasado sigue deslumbrándonos.

El 18 de enero de 1535, don Francisco Pizarro fundó la Ciudad de los Reyes, muy pronto conocida con el nombre de Lima. De esta manera dio inicio al proceso de colonización de los territorios conquistados por los españoles desde 1531.

La ciudad de Lima se ubica en las riberas del río Rímac, en el valle más central y extenso de la costa peruana. Sus costas son bañadas por el Océano Pacífico y en épocas preincaicas fue habitada por pobladores de las culturas Chavín, Maringa, Huari y Muchik, entre otras.

TERCERA ELECCIÓN
Lima no fue la primera opción que eligió Francisco Pizarro para fundar la capital del Perú. En 1533 escogió el valle de Jauja, pero por la lejanía al mar y por los trastornos que sufrieron los animales domésticos traídos de España debido al clima frío y a la altura de 3400 metros sobre el nivel del mar, la idea fue descartada. Lo mismo sucedió con el intento de fundar la capital en Sangallán, muy cerca de Pisco.

En 1534, Pizarro envió desde Pachacámac una expedición para buscar un lugar estratégico. El señorío del curaca Taulichusco parecía perfecto. Estaba cerca al mar, pero lo suficientemente retirado como para ser un sitio seguro en caso de ataques. Además contaba con buen clima, frutales, bosques y buenos caminos.

La población, de aproximadamente cincuenta mil personas, se dedicaba a la agricultura y a la pesca. Había un total de 22 pueblos, cuatro tambos, dos pesquerías y dos fortalezas enclavadas al norte y al sur: Kolliqe y Atoqkunka.

CIUDAD DE REYES
El 18 de enero de 1535 Francisco Pizarro bautizó la ciudad con el nombre de Ciudad de los Reyes. La ceremonia fue presenciada, entre otros, por los españoles Alonso de Riquelme, Nicolás de Ribera El Viejo –quien sería el primer burgomaestre de la ciudad– , Domingo de la Presa, Nicanor de Ribera El Mozo, Diego de Agüero, Francisco Vara y Gerónimo de Aliaga. También participaron un fraile franciscano y otro dominico, soldados a caballo, esclavos negros y la morisca Beatriz.

El curaca Taulichusco estuvo en su litera vestido como un príncipe. Sus súbditos observaron la ceremonia con un sentimiento de extrañeza, debido a la presencia de extranjeros montados en animales enormes y desconocidos hasta ese momento: los primeros caballos.

Se cuenta que el nombre de Ciudad de los Reyes no fue otorgado como homenaje a los reyes de Castilla, sino más bien por la festividad que conmemora la llegada de los Reyes Magos a Belén. Ahí también se originaría el apelativo de Las tres veces coronada ciudad. Sin embargo, la historiadora María Rostworowski indica que el nombre se otorgó en honor a Carlos V de Austria y I de España y de las Indias, y de su madre, la reina Juana.

LOS NOMBRES DE LIMA
A pesar de que el nombre oficial de la capital fue Ciudad de los Reyes, se impuso el nombre nativo de la ciudad: Rímac. Según Garcilaso de la Vega, este vocablo dio origen a la palabra Lima.

A largo de su historia, la capital ha recibido diversos nombres: Ciudad de los Reyes, Perla del Pacífico, La tres veces coronada villa y Ciudad Jardín, entre otros.

Pedro Villar, en su obra Arqueología del departamento de Lima (1935), sostiene que el nombre de la capital tiene origen aymara (limac), y significa “flor amarilla”. Por su parte, el historiador Guillermo Lohmann indica que el nombre no proviene del aymara ni del quechua, sino de un vocablo preincaico: ishma.

EL DAMERO DE PIZARRO
Según los cronistas de la época, Pizarro dio a la ciudad una forma triangular. Inclusive, se dice que el conquistador trazó con su espada el cuadrilátero inicial de lo que actualmente es la Plaza Mayor y señaló dónde estarían el Palacio del Gobernador, la Catedral y el Cabildo.

El croquis original de la ciudad se encuentra perdido, pero marcaba 9 calles de largo por 13 de ancho, dividida como un tablero de ajedrez. De allí el nombre de Damero de Pizarro. El número total de manzanas era de 177. Cada una de éstas se dividía en cuatro solares que fueron repartidos de acuerdo de la amistad y estima que Pizarro tenía por cada uno de sus compañeros.

Las primeras casas se construyeron alrededor de la Plaza Mayor, en las cercanías del río Rímac, y en poco tiempo Lima se convirtió en el centro comercial de las colonias de España.

Y nuestro entrañable Arguedas

 

Un día como hoy nació José María Arguedas

Por Ximenilla de LaMula.pe

Amó al Perú como nadie, difundió su cultura, costumbres y arte. Nos regaló obras hermosas, que han influido, influyen e influirán a muchas generaciones.

José María Arguedas Altamirano nació en Andahuaylas hace ya 102 años, quedó huérfano de madre a los dos años de edad.

Ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos, en 1931; allí se licenció en Literatura, y posteriormente cursó Etnología, recibiéndose de bachiller en 1957 y doctor en 1963.

De 1937 a 1938 sufrió prisión en razón de una protesta contra un enviado del dictador italiano Benito Mussolini.

Como escritor es autor de novelas y cuentos que lo han llevado a ser considerado como uno de los tres grandes representantes de la narrativa indigenista en el Perú, junto con Ciro Alegría y Manuel Scorza.

Su obra narrativa refleja, descriptivamente, las experiencias de su vida recogidas de la realidad del mundo andino, y está representada por las siguientes obras: Agua (1935),Yawar Fiesta (1941), Diamantes y pedernales (1954), Los ríos profundos (1958), El Sexto(1961), La agonía de Rasu Ñiti (1962), Todas las sangres (1964), El sueño del pongo(1965), El zorro de arriba y el zorro de abajo (publicado póstumamente en 1971).

Introdujo en la literatura indigenista una visión interior más rica e incisiva. La cuestión fundamental que se plantea en sus obras es la de un país dividido en dos culturas (la andina de origen quechua y la urbana de raíces europeas), que deben integrarse en una relación armónica de carácter mestizo. Los grandes dilemas, angustias y esperanzas que ese proyecto plantea son el núcleo de su visión.

Su labor como antropólogo e investigador social no ha sido muy difundida, pese a su importancia y a la influencia que tuvo en su trabajo literario.

Asimismo, se debe destacar su estudio sobre el folclore peruano, en particular de la música andina; al respecto tuvo un contacto estrechísimo con cantantes, músicos, danzantes de tijeras y diversos bailarines de todas las regiones del Perú. Su contribución a la revalorización del arte indígena, reflejada especialmente en el huayno y la danza, ha sido muy importante.

Fue además traductor y difusor de la literatura quechua, antigua y moderna, ocupaciones todas que compartió con sus cargos de funcionario público y maestro.